El ser humano es cotilla por naturaleza y por eso, cualquier publicación relacionada con tu vida personal tiene mucha más repercusión y alcance que una publicación perfectamente estructurada y clara sobre tus servicios.
¿O será por otro motivo que esto ocurre???
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Lo cierto es que en cualquier red social, no solo en LinkedIn, publicar contenido de carácter personal – aunque sea un texto escrito sin pensar y con una fotografía más o menos decente – acostumbra a tener un alcance y nivel de interacción muy superior a cualquier publicación estratégica, bien pensada, con un copy analizado y una fotografía de estudio.
Y da mucha rabia cuando analizas las métricas de una y otra publicación.
Porque la segunda la has trabajado, y mucho
Porque la primera forma parte de tu vida personal. ¿Por que debes compartir estas cosas para tener alcance si estás en un entorno profesional? ¿A quien debería importarle estas cosas?
Porque segunda tiene el contenido que A TI te interesa que llegue pero… no llega lo suficiente.
Lo cierto es que, aunque estemos en plena transformación digital, nos gusta mantener el contacto personal con la gente. Nos gusta conocer con quien estamos tratando, como es, como siente, como piensa.
Y en un entorno digital, donde toda interacción es a través de una pantalla y en base a unos textos o vídeos grabados, eso sólo es posible si te expones.
Una exposición que te acercará de un modo más real a tus contactos en LinkedIn.
Se que la exposición digital puede dar miedo. Pero también sé que es algo necesario si quieres forjar relaciones de confianza y a largo plazo. ¿O no es así como llegas a crear vínculos con tus colaboradores en el mundo «offline»?
Y recuerda: vida personal no tiene porque ser vida privada.
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